Genal, Genci, Grandioso

Las 3 "g".

Pues así comienza la crónica de uno de esos días que te parecen muy muy largos... Al igual que hiciera el inimitable "Curro", el valle del Genal, paró por momentos el tiempo. Una ruta de gente "guapa" y limpia, véanse las bicis y los modelitos, donde dos irreductibles mantekos reverdecieron antiguas andanzas (primera Cortes, Piru bike, etc)..

Sin que sirva de precedente, llegamos con puntualidad británica al sitio acordado, ni que decir tiene la parte de responsabilidad que el fiero y agradecido hyundai tuvo al respecto. Habíamos salido de Jerez a las 7:00 de la mañana para no regresar hasta pasadas ya las 20:00hrs... Pronto nos dimos cuenta que el grupo conformado nos permitiría tregua en el recorrido (los suspiros y lapos de las subidas iniciales no dejaban lugar a la duda), así que relajados, yo me dediqué a hacer lo que mejor sabía: caerme a lo grande (desgraciadamente nadie inmortalizó la voltereta) y Ramón pronto superó el espíritu responsable, para hacerse notar en un par de bajadas que me obligó a recordarle su actual paternidad (auque este extremo aún no está confirmado) y la situación en la que dejaría a la Pepa (feliz y soltera).

La ruta tenía un perfil de serrucho y una mala leche de aupa. Sube para bajar y al contrario. Genci también es aficionado al BTAlpinismo y aunque por momentos estuvimos tentados de dedicarle un sonoro BTAlCarajo, lo seguíamos, o por ser fieles él nos esperaba, con el espíritu entregado ante lo que vivíamos. Algunas bajadas eran, simplemente, imposibles, o realizables a un altísimo precio, un amigo se cargó una ruedecita de más de 500 euros, la déjó hecha un ocho y el bolsillo hecho un siete.

Recorrimos varios pueblos de la serranía de Ronda; Jubrique, Genalguacil, Benarrabá... que se antojaban postales en un marco espléndido donde la temperatura se rindió a nuestros deseos, anticipando una primavera que ya comienza a llamar a las puertas de nuestras fieles alergias. Bocata XL de jamón, queso y tomate y latita de coca-cola para tirar del cuerpo.

Nuevos compañeros, algunos inmortalizados en las arretratauras que a duras penas conseguíamos realizar entre tan exigente recorrido; "culito p´trás y dientes p´lante", era el consejo más popular y repetido. Los errores se pagaban con un conocido "se va el chaval, se va por el barranquilo (¿recuerdas Manuel?). La exigencia de vadear un río con sonrisa y espíritu infantil, comprobando agradecido como fue un acierto no cortarse las uñas de lo pies que, a modo de garfios, aseguraban la pisada en las piedras. En realidad se hace difícil resumir cinco horas de padeleo para completar 45 kms de puro BTT, y donde tienen cabida las anécdotas de un par de amigos que decidieron emplear todo un domingo en una nueva aventura Manteka. Lástima que Manué y Langui no se atrevieran a acompañarnos, aunque aplaudo vuestra sensatez pero reprendo vuestra baja forma... ¡¡Mamones!!.

Bueno, otra más para la mochila, ¿verdad Ramón?.

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